miércoles, 1 de junio de 2022

El origen de la pandemia de COVID-19

Una serie de hechos sobre el escenario internacional en el que surge la pandemia de la COVID-19 y las reflexiones que se derivan, tal y como fue razonado antes del confinamiento decretado por el gobierno de España el 14 de marzo de 2020.

Cronología de acontecimientos

1945
1949
1964
1990
  • Den Xiaoping, líder supremo de la República Popular China conocido como el Arquitecto de la China Moderna, declara la denominada estrategia de los 24 caracteres: Observar con calma, asegurar nuestra posición, afrontar los asuntos con calma, esconder nuestras capacidades y esperar nuestro momento, mantener un perfil bajo y nunca reclamar liderazgo.
2002
2013
  • El Gobierno de China comienza a invertir gran cantidad de dinero para desarrollar las Nuevas rutas de la seda, y así mejorar las comunicaciones y el comercio de China con Europa, según el estándar y los intereses de China.
2017
2018
2019
2020

El PCCh y sus bondades

Consideraciones al respecto
  • Es más relevante cómo se controla la expansión del nuevo virus que el origen del virus en sí, ya sea la zoonosis (la transmisión entre animales y personas) o la creación en un laboratorio. Y en este caso el origen de la pandemia de COVID-19 es Wuhan, por lo que solo el gobierno de China conocía la peligrosidad del virus antes de que este se extendiese por todo el mundo. Es más, el gobierno de China trató, una vez más, de ocultar esa información, y no cerró sus fronteras para evitar la propagación.
  • Tras una pandemia que afecta más a a aquellos que no pueden trabajar (jubilados y personas con patologías crónicas), que requiere control social, y que va a perjudicar menos a quien antes reactive la producción industrial detenida; el país cuya posición puede salir más reforzada es China, que ya es la segunda mayor economía mundial: va a tener problemas de envejecimiento de la población a corto plazo, posiblemente es el que mejor ejerce el control social, y además ha declarado abiertamente su intención de ser la hegemonía mundial. Así, ningún poder económico, en el que se incluyen los medios de comunicación de masas, va a querer quedar mal con el país en serio ascenso hacia el liderazgo mundial.
  • El control de la pandemia requiere asilamiento social y fomenta las comunicaciones a través de internet, lo cual lleva a una sociedad más manejable por el gobierno. Así, si los gobiernos ven al nuevo coronavirus como una oportunidad para reforzar su poder al estilo del PCCh, y la oposición lo ve como una ocasión para atacar al gobierno por sus decisiones, ¿a qué poder político no le va a interesar su propagación?
  • La necesidad de los gobiernos de un mayor control social, y de una mayor capacidad para tomar decisiones de forma rápida, para así recuperarse cuanto antes de la pandemia y evitar perder posiciones en el escenario económico mundial, pueden suponer un desprestigio de los sistemas democráticos en un momento políticamente delicado para el mundo occidental, y un reforzamiento de la dialéctica del gobierno de China en la que la armonía social (léase totalitarismo) es lo conveniente frente al caos (léase libertad individual).
En definitiva, todo lo anteriormente expuesto lleva a pensar que el gobierno de China está muy interesado en la propagación de la COVID-19 y la ha fomentado, incluso han utilizado el victimismo de ser los primeros afectados para tratar de evitar críticas. Aunque en cualquier caso, el gobierno de China siempre va a defender la zoonosis como el origen de la COVID-19, y a negar su responsabilidad en la propagación; cómo no, si todavía niega la masacre de Tiananmén. ¿Y quién va a pedir cuentas por ello? ¿Qué puede hacer el gobierno de EE.UU. si la guerra económico-tecnológica con China ya ha comenzado? ¿Atacarles militarmente siendo China una potencia nuclear? Es inviable. El asunto es una roca que nadie quiere mover, porque no va a llevar a ningún sitio; y es más, cuenta con el visto bueno tácito de gran parte de poderes políticos y económicos. En la pandemia, el gobierno de China tiene poco que perder y mucho que ganar.