miércoles, 21 de diciembre de 2016

El castillo de Monzón y la estatua al Sagrado Corazón

Revisión y actualización de un trabajo académico universitario realizado en el año 2001 para la asignatura Patrimonio Histórico Arqueológico de la Licenciatura en Historia de la Universidad de Zaragoza.

Vista del castillo (noviembre de 2016)

Bosquejo histórico

Según Mateus y Llopis, el actual emplazamiento del castillo de Monzón puede ser el de la antigua Mansha ilergete, mientras que para muchos también puede tratarse de la Tolous del Itinerario de Antonino. Lo que sí es más seguro es que se trata de la fortaleza medieval musulmana llamada Monçones, donde entorno al año 874, Ismail, hijo de Musa, dio muerte a su suegro y sus ocho cuñados, con quienes estaba enfrentado, cuando estos acudieron a visitar a su primogénito. Más tarde, en el siglo X, este puesto fortificado sería objeto de disputa entre los walíes de Zaragoza y Huesca. Así, en 1083 fue ocupado por el Cid, que se encontraba al servicio de Al-Mutamán, rey de la taifa de Zaragoza. Tan sólo seis años más tarde, Pedro I conquistó la plaza, la cual le fue entregada por su padre Sancho Ramírez para gobernarla como el reino de Monzón. Su tenente Ramiro Sánchez se casó con Cristina Rodríguez, hija del Cid.

Debido a su privilegiada situación entre las taifas de Zaragoza y Lérida, en un cerro sobre una amplia zona llana del valle del Cinca, su dominio cambió varias veces de mano hasta que fue conquistado para el Reino de Aragón en 1141 por Ramón Berenguer IV. Princeps dominator este, quien cedió la fortaleza a la Orden de los Caballeros del Temple dos años más tarde, como parte del pacto para dar por zanjado el testamento de Alfonso I el Batallador. Durante la estancia de los templarios fue cuando el castillo adquirió mucha de la fama que todavía hoy tiene, pues ahí fue donde estos monjes guerreros educaron al futuro monarca aragonés Jaime I el Conquistador hasta que este contó con nueve años.

Sello de los caballeros templarios, utilizado dese 1167

A raíz de la caída de los templarios, la fortaleza fue les fue arrebatada en 1309 por Jaime II, quien en 1317 la donaría a la Orden de San Juan de Jerusalén. A partir de este momento su actividad bélica decreció escalonadamente, ya que había dejado de ser un punto estratégico en el avance de los reyes de Aragón hacia el sur. A pesar de ello, aun tardaría mucho en dejar de ser utilizado militarmente, pues todavía se situaba en la frontera oriental del reino.

Ya en época moderna, fue escenario de varias batallas durante la Guerra de Cataluña, hasta que en 1643 cayó en manos del general francés La Motte; sería recuperada un año más tarde. Fue ocupado por las tropas borbónicas durante la Guerra de Sucesión, aunque Francisco Barnoya conquistó la plaza para la causa del Archiduque Carlos de Austria entre 1705 y 1707. En 1709 las tropas austracistas tomaron de nuevo el castillo tras una especialmente dura confrontación. Más tarde, en la Guerra de Independencia, fue ocupado por las tropas francesas, la cual fue la última guarnición permanente de la fortaleza; aunque durante unos meses del año 1809 les fue arrebatado por una partida de guerrilleros en la denominada acción del Cinca. En la Guerra Realista de 1823 fue ocupado por los liberales, pero su estancia fue breve, pues fueron sitiados y vencidos por el bando realista. Durante la Guerra Civil iniciada en 1936, fue ocupado por un destacamento de transmisiones de ejército republicano, sirvió como refugio civil antiaéreo y hubo dos piezas de artillería instaladas bajo sus murallas del lado oeste. El abandono sin resistencia de los militares republicanos en 1938 puso fin a la dilatada vida militar del castillo de Monzón, de más de mil años.

Muy pocas fortificaciones han llegado tan bien conservadas hasta nuestros días tras haber sufrido lo que este castillo, de ahí su importante valor histórico como testimonio de las batallas que ha protagonizado, así como de sus irremediables consecuencias económicas, sociales y políticas.

Baluartes para la artillería, 1890

Breve descripción arquitectónica

Los restos anteriores a la época medieval son muy difíciles de rastrear debido a las múltiples ocupaciones militares posteriores que ha tenido el castillo. Ya es una suerte que todavía se conserven muchos de los elementos medievales, los cuales si todavía están en pie es por haber sido aprovechados para diversos fines. La estructura base de lo que hoy vemos pertenece a la construcción realizada durante la Edad Media. Según la división tipológica de Guitart pertenece al tipo castillo-convento, que es la renovación cristiana del tipo estratégico. Estos albergaban comunidades monacales, generalmente órdenes militares, que participaban en la defensa del castillo. A continuación se ofrece una breve descripción de sus elementos arquitectónicos más destacados.


  1. Sala de los caballeros o Parroquia de San Juan: Se trata de una nave de cañón apuntado con elementos románicos y góticos. Fue utilizada como sala capitular y refectorio. Es una de las mejor conservadas de los castillos románicos. Posee un pozo que conduce a un aljibe a través de una pequeña hornacina en el muro. Este aljibe se alimenta a través de dos canales que bajan desde el techo.
  2. Torre del homenaje: Fue construida en mampostería opus spicatum bajo el dominio musulmán (siglos IX-X). Es la construcción más antigua del castillo. Posee elementos románicos y góticos. Era el último refugio de la fortaleza. Su altura fue rebajada para adaptar el castillo a la guerra de artillería, ya que era un objetivo fácil para los cañones enemigos.
  3. Dependencias: Estancias de habitación de origen templario (siglo XII). La edificación consta de dos plantas y sótano.
  4. Torre de Jaime I: De planta trapezoidal, con dos plantas y terraza, también es una construcción templaria del siglo XII. Conocida así pues se supone que es donde se alojó el infante Jaime durante su estancia en el castillo.
  5. Mina de San Miguel: Es una larga caverna excavada en la roca que ha servido como caballerizas, almacén de armas, calabozo y refugio antiaéreo. Sobre la misma se sitúa una estatua ajena al castillo, instalada en 1950.
  6. Capilla: Construcción con ábside del siglo XII que hace las veces de torreón, el cual también posee el acceso a un subterráneo con tres salidas. Destacan sus elementos románicos y góticos, así como las dovelas godas de la puerta lateral. Está construido a imagen del templo del Krak de los Caballeros.
  7. Mina: Se trata de una gran bóveda situada bajo el extremo Este del patio de armas, a la que se accede por una escalera de caracol situada en el lado Sur del enorme pedestal de una estatua de hormigón. En época moderna sirvió como polvorín. Actualmente no es posible acceder a la misma.
  8. Laderas Norte y Este: Baluartes adaptados para la artillería; muros de ladrillo, casamatas y garitas así lo evidencian. Son las construcciones de origen más moderno, pues se construyeron desde mediados del siglo XVII hasta la Guerra Civil de 1936.
En resumen, se trata de un castillo medieval románico, cuya mayoría de construcciones fueron realizadas por la Orden del Temple en los siglos XII y XIII, y que fue adaptado a la guerra de artillería durante la época moderna.

El castillo como patrimonio

Este castillo, símbolo de la ciudad y su comarca para muchos, fue declarado Monumento Histórico - Artístico a finales de 1949, tan solo once años después de que terminase su vida militar. Ese fue el punto de inicio de la restauración, de la que hoy aún queda mucho trabajo. Desde 1985 el Campo de Trabajo organizado por el Centro de Estudios de Monzón y Cinca Medio (CEHIMO) ha sido el que se ha ocupado fundamentalmente de esta labor. Esta asociación también ha llevado a cabo numerosas actuaciones arqueológicas, cuyos resultados se recogen en los boletines y libros que publica. De entre los hallazgos arqueológicos encontrados en el castillo, pueden destacarse varias representaciones zoomorfas de época romana, un pebetero musulmán y cartas pueblas de diversos territorios.

En torno al año 2000, el ayuntamiento presidido por el Partido Popular propuso ofrecer el castillo para crear en él un Parador de Turismo. El Partido Socialista Obrero Español se opuso en virtud de la Ley del Patrimonio Cultural Aragonés. Es una de las pocas ocasiones en que el patrimonio usado como arma política ha salido beneficiado.

En el año 2006 el castillo fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por orden del Gobierno de Aragón, junto con una gran cantidad de castillos y fortificaciones de todo Aragón, por lo que el estudio de lo que esto suponía para cada uno de ellos forzosamente no pudo ser muy pormenorizado. La propia orden se considera heredera del decreto de 1949: esta declaración ex lege no es nueva, sino que tiene su causa en el «Decreto de 22 de abril de 1949 sobre protección de los castillos españoles».

La estatua dedicado al Sagrado Corazón

En el patio de armas del castillo, justo encima de la gran mina que sirvió como polvorín, se eleva una estatua dedicada al Sagrado Corazón de Jesús, obra de José Algueró, sobre un gran pedestal. La estatua está realizada en cemento mediante la técnica del vaciado. Según algunos testimonios orales recogidos, para crear el molde el autor se basó en una pequeña escultura realizada por un preso político de la Guerra Civil. La estatua se compone de tres piezas ensambladas, que al parecer fueron subidas a lomos de burros. El pedestal sobre el que se sitúa, el cual está construido con ladrillo enlucido con cemento, consta de dos partes. La parte inferior mide tres por tres metros en su base, y metro y medio de altura. El conjunto debe tener una altura aproximada de siete a ocho metros. En su parte superior, hay un maltrecho letrero de madera en el que figura el texto «REINARE».

Vista de la estatua (noviembre de 2016)

Esta estatua fue colocada por Hidro Nitro Española, empresa fundada en 1940 por José María de Peñaranda y Barea. No se ha encontrado ningún documento mediante el que se pueda fechar su instalación, si bien la primera referencia sobre su existencia data del 29 de junio de 1950, cuando fue bendecida por el obispo de la diócesis. A pesar de ello, algunas fuentes posponen su colocación un año después, en 1951, pero ninguna de las dos fechas puede certificarse con terceras fuentes ni existe una placa conmemorativa.

Así pues, no hay constancia de que la estatua fuese colocada antes de la declaración del castillo como Monumento Histórico - Artístico. De hecho, esta estatua no aparece entre los elementos del castillo citados en el decreto por el cual se declara Monumento Histórico - Artístico, publicado en el BOE de 3 de diciembre de 1949. Como es evidente, de ningún modo esta estatua no podía considerarse como un elemento conservado propio del castillo, ya que fue colocada allí una vez había finalizado su uso militar.

Elementos del castillo no el decreto de 1949 por el cual se declara Monumento Histórico - Artístico, donde no aparece la estatua al Sagrado Corazón

De este modo, aunque el castillo fue declarado Bien de Interés Cultural en 2006, esta orden del Gobierno de Aragón, la cual en absoluto es pormenorizada para cada castillo a los que se refiere, se considera heredera de la legislación de 1949, cuando no hay constancia alguna de que la estatua estuviese colocada, por lo que puede entenderse que la protección como Bien de Interés Cultural no tiene que incluir forzosamente la citada estatua, al igual que tampoco esta protección se hizo extensiva a unos baños públicos que también se construyeron en el patio de armas en el siglo XX, y que actualmente ya no existen.

Por otra parte, en los años 80 del siglo XX, era el único elemento del castillo iluminado. Si bien, desde la instalación de una nueva iluminación en los primeros años 2000 ocurre lo contrario, es el único elemento del castillo que no está iluminado.

Formalmente se trata de la consagración de la ciudad al Corazón de Jesús, aunque más bien se trata de un acto propagandístico en favor de la implantación en la ciudad de la empresa donante, la cual todavía hoy funciona. Una forma de promoción acorde con el nacionalcatolicismo franquista imperante en la época. De hecho, la instalación de la estatua coincide con el el periodo de construcción del Valle de los Caídos (1940 - 1958). La relación entre el fundador de Hidro Nitro Española y la Iglesia católica es todavía hoy notoria, pues como se indica en el sitio web del Colegio Santo Domingo Savio de Monzón:
Esta sociedad [Hidro Nitro Española], (...) además de montar su fábrica, va a construir (...) una escuela de enseñanza elemental y de formación profesional para los hijos de los obreros (...). Para dirigir esta escuela, el señor Peñaranda llama a los salesianos, congregación religiosa dedicada a la educación y con mucha experiencia en la formación profesional. Éstos llegan a Monzón en 1952, e inmediatamente abrirán y gestionarán lo que hoy conocemos como Colegio Santo Domingo Savio o simplemente “salesianos”.

Los problemas que suscita

El primer problema que se presenta es estético y contrario a todos los criterios de conservación del patrimonio arquitectónico, ya que no tiene nada que ver con la función militar que el castillo ha venido realizando a lo largo de la historia. Resalta como algo totalmente ajeno al mismo. Por lo que parece, se eligió el castillo para su ubicación por ser el símbolo más destacado y visible de la localidad. Es un elemento propagandístico totalmente ajeno al castillo que resta valor al monumento.

El segundo problema es si cabe mayor, y debería ser objeto de denuncia. La estatua y su estructura se sitúan sobre la gran bóveda de la mina, cuyos cimientos se encuentran deteriorados. Y a pesar de que su mal estado pueda ser debido a una explosión cuando la mina era usada como polvorín, el titánico peso de la estatua y su enorme pedestal solo pueden empeorar la situación. De hecho, desde que el castillo se abrió al público, esta parte no ha sido visitable más que cuando se estaban llevando en ella labores de limpieza o colocación de alumbrado. Actualmente no es posible acceder a la bóveda de la mina durante las visitas.

Cualquiera de los dos motivos serían suficientes, pero una vez analizados ambos, se hace patente la necesidad de retirar la estatua y destruir el soporte que la sostiene, para después consolidar la bóveda de la mina, antes de que el problema se agrave y termine por ser irreparable. Si algún día la bóveda cede, la estructura del castillo quedaría seriamente dañada y las viviendas que se sitúan a su pie, junto con sus inquilinos, correrían serio peligro. Con su retirada, el castillo no solo quedaría despojado del añadido que le es ajeno, sino que su estructura sería más segura y se podría incluir el acceso a la bóveda durante las visitas, haciéndolas más atractivas.

Todo este asunto ha generado muchas polémicas en la localidad, y ha llegado incluso a dividirla en opiniones. Casi todos los montisonenses tienen algo que decir sobre susodicha estatua: a favor, en contra o en forma de anécdotas. Aquellos que se oponen a que la estatua siga permaneciendo, esgrimen razones muy similares a las anteriormente expuestas. Los que apoyan su continuidad, se basan en que si se quitase se estarían violando los derechos y los sentimientos de los católicos. Pero no se quedan ahí, pues cuando desde IU en el Ayuntamiento se propuso su traslado, entorno a 1986, se recogieron en poco tiempo más de 3.000 firmas (la quinta parte de la población de Monzón, aunque no todos ellos tenían por qué ser ciudadanos de la localidad) en oposición a ello. Francisco Castillón Cortada, natural de Monzón y cronista oficial del Obispado de Lérida, es firme partidario de la permanencia de la estatua, lo cual refleja en su libro Monzón en autobús, donde ofrece una visión bastante ambigua, pues aunque no se opone abiertamente a su retirada, sitúa por encima del mismo una «voluntad católica montisonense» y cita discursos de diversos obispos.

¿Pero cuál es la causa de que todavía hoy no se haya retirado? Por lo ilógico de la situación, quizá el asunto vaya más allá de lo meramente religioso, y se trate de un pulso del poder eclesiástico a las instituciones democráticas. Las verdaderas razones de la permanencia de la estatua, entre las que podrían incluirse la inacción de la administración pública, quizá no sean estas, pero lo que es seguro es que esta cuestión necesita de un estudio más profundo de que aquí se realizada, hecha por personal técnico especializado. Mientras el tiempo pasa, la estatua sigue ahí, y con ella el problema.

Cómo debería ser la vista del castillo

Bibliografía
  • ARCE, E., Los Templarios (Monzón), Folleto-Guía del castillo de Monzón.
  • B.O.E. 3/XII/1494, Número 337, Página 5057.
  • CASTILLÓN CORTADA, F., El castillo de Monzón, Librería General, 1989, Zaragoza.
  • CASTILLÓN CORTADA, F., Monzón en Autobús, la Clamor, 1995, Monzón.
  • CAÑADA JUSTE, A, Los Banu Qasi, Príncipe de Viana, Año nº 41, Nº 158-159, 1980, págs. 5-96, enlace.
  • GIRAO LARRAÑAGA, R., La comarca del Cinca Medio durante el convulso siglo XIX español, enlace.
  • GUITART APARICIO, C., Castillos de Aragón, vol. I, Librería General, 1976, Zaragoza.
  • GUITART APARICIO, C., Los castillos de Aragón (guía breve), Colección CAI 100, 1999, Zaragoza.
  • PORQUET, F.J., Diario del Altoaragón (21/1/2001), Publicaciones y ediciones Alto Aragón, 2001, Huesca.

domingo, 13 de noviembre de 2016

¿Estamos adaptados a la vida moderna?

Fastfood caveman, Bansky

Los Homo Sapiens Sapiens existimos como especie desde hace 130.000 años, pero solo somos sedentarios, como muy pronto, desde hace 10.000 años, y a partir del siglo XX los cambios tecnológicos en la sociedad occidental están siendo drásticos: dieta, modo de vida, forma de relacionarse, etc.


Aun considerando que solo cada 25 años nace una nueva generación, el número de generaciones de Homo Sapiens Sapiens que ha existido es el siguiente.


Es decir, solo hemos tenido cuatro generaciones para adaptarnos a los cambios drásticos de nuestra sociedad, los cuales no solo todavía no se han detenido, sino que parece que aun van más deprisa. No cabe duda de que el éxito del Homo Sapiens Sapiens radica en su gran capacidad de adaptación y de manipulación del entorno, pero, si los cambios en nuestra sociedad están motivados por el consumismo y la avaricia más que por la supervivencia o la calidad de vida, puede llegar el momento en el que no nos haya dado tiempo a adaptarnos a los cambios que nos hemos autoimpuesto.

Un ejemplo de ello es la denominada brecha digital entre una generación de padres que desconoce la tecnología, por lo que es incapaz de educar a sus propios hijos el correcto uso de la misma. No es raro ver cómo un niño recibe como regalo una tablet para que se conecte libremente a Internet, sin ningún tipo de formación previa, supervisión o limitación. Por otra parte, parece demostrado que en las sociedades autodenominadas como más avanzadas es más frecuente la aparición de lo que se conoce como enfermedades de la civilización (obesidad, anorexia, infartos, cáncer, alergias, etc.).

Probablemente los cambios que trajeron la neolitización y la sedentarización hace 10.000 años fueron tan drásticos como los que están sucediendo en la actualidad, si bien seguramente no se impusieron con la misma rapidez. No es en absoluto una idea nueva que el ser humano puede morir de éxito, como un cultivo de bacterias en el laboratorio.

Y aunque no parezca que el ser humano esté todavía totalmente adaptado física, mental y socialmente a la vida moderna, no debería ponerse en duda que, tras prácticamente 400 generaciones, sí estamos adaptados al tipo de alimentación que trajo la neolitización, incluida la leche de vaca. Así que si algún miembro de las sociedades avanzadas considera que, en general, nuestro cuerpo no está adaptado a la ingesta de leche de otros mamíferos, debería tomar en consideración los datos expuestos al principio de este artículo y comenzar sobrevivir solo con aquello que sea capaz de cazar y recolectar en la naturaleza, ya que los Homo Sapiens Sapiens hemos sobrevivido mucho más tiempo como depredadores que como productores.

jueves, 13 de octubre de 2016

Sospechas: un relato breve

Ejercicio de redacción narrativa para el curso de Técnico en Corrección y Redacción (CITA, 2012).

Condado de Durham, Inglaterra

Era una fría tarde de enero de 1942 y McKee se dirigía hacia otro pueblo. Mientras caminaba por la campiña inglesa, el sol desplegaba sus débiles rayos invernales y él pensaba en cuánto tiempo duraría la caridad de los habitantes del lugar al que se dirigía y del que apenas recordaba el nombre.

Hasta hacía dos años había sido un londinense más, con su trabajo y su familia, pero uno de los primeros ataques del Blitz alemán al barrio del East End le habían dejado sin nada de ello. Se había convertido en un pobre hombre, un vagabundo demasiado viejo como para que le contratasen en nada serio. En tiempos de guerra nadie necesita la pericia de un sombrerero.

El sonido de los pensamientos en su cabeza no le dejó escuchar el ruido que hacían los campesinos que se le acercaban hasta que ya estuvieron encima de él. Eran cuatro hombres y tres mujeres de Woodland, el pueblo del que McKee había partido al mediodía tras pasar tres días en él. En cuanto le salieron por la espalda y le cortaron el paso, los reconoció enseguida: los tenía vistos. Dos de los hombres llevaban horcas. El otro hombre llevaba gorra y parecía ser el líder de aquel extraño grupo.

—¡Qué es lo que has hecho! ¡Vamos, confiesa! —amenazó una de las mujeres, que era pelirroja, apenas se hubo detenido frente a McKee.

McKee se quedó perplejo. No sabía qué decir.

—Será mejor que no nos haga perder el tiempo y nos cuente lo que hizo en el granero —le dijo mientras agitaba el dedo índice el hombre de la gorra, quien se había puesto delante de la mujer pelirroja.

—En qué granero —replicó McKee—, yo no sé nada de ningún granero. Mírenme, qué podría haber hecho yo.

—¡Dinos lo que hiciste! —interrumpió de nuevo la mujer pelirroja por detrás del hombre la gorra—. No intentes disimular, estás temblando. Vamos, ¡dínoslo!

McKee se derrumbó, literalmente, ya que cayó sobre sus rodillas. Entre sollozos, y totalmente humillado, les contó que sí, que había sido él, pero que había sido el hambre la culpable. Que cuando vio el gallinero al lado del granero rojo no pudo resistirse, y cogió unos huevos.

—Fue el hambre, señora, el hambre nada más —repetía McKee.

—De qué huevos hablas, ladrón, te preguntamos por la niña, la pequeña Evelyn —se dirigió hacia él uno de los hombres con horca, el más corpulento, que le cerraba el paso a un lado—. Ella estaba jugando junto al granero este mediodía. Desde entonces nadie la ha visto, y usted acaba de confesar que estuvo en el granero. ¡Qué ha hecho con ella!

—Le digo la verdad —insistió McKee desde el suelo—. Y si no me creen, miren.

Todavía arrodillado, McKee abrió su zurrón y les enseñó media docena de huevos que asomaban de entre una especie de nido que había hecho con una bufanda y algo de paja. Con la mirada perdida les explicó que los llevaba así para que no se rompiesen, y que se compadecía de la pobre niña desaparecida. Pero que si temían que alguien le hubiese hecho algo malo, no debían perder el tiempo con él, que no era el culpable.

—Qué podría haberle hecho yo a una niña... Yo, que lo he perdido todo por culpa de la guerra, todo... —replicó McKee mientras dejaba caer sus brazos con los puños cerrados.

—Creo que dices la verdad, viejo —opinó el hombre más joven, que también llevaba una horca—. Y que tienes razón. Deberíamos estar buscando al culpable de la desaparición de Evelyn, y no tomándola con un escuálido ladrón de huevos.

—Sí, no perdamos más tiempo aquí. Nos volvemos —le dijo el hombre de la gorra al resto de sus vecinos—. Quizá en el pueblo sepan algo más y podamos coger a ese delincuente antes de que se nos escape.

—¡Pero qué estás diciendo! No seáis inocentes... —La mujer pelirroja se quedó perpleja ante McKee mientras el resto de la patrulla de campesinos se marchaba de vuelta a Woodland. —Anciano. —Se agachó y le cogió fuertemente del brazo, sin dejar de apretarle mientras le hablaba y le miraba fijamente a los ojos, casi sin pestañear. —Sé que has sido tú. Ahora me voy, les convenceré y volveremos. Ten bien seguro que voy a demostrar que tú has sido el culpable de la desaparición de Evelyn. Acuérdate de lo que te digo. Y como descubra que le has hecho daño a la hija de mi amiga, reza para que no te encuentre, porque John te matará. Te aseguro que así será.

Antes de marcharse corriendo y vociferando tras sus vecinos, la campesina pelirroja, con un tremendo desprecio, le propinó a McKee una patada en el pecho. El famélico vagabundo se inclinó hacia delante y por un pequeño instante se quedó sin respiración. Una vez recuperó el aliento miró en su zurrón, que todavía seguía abierto, y comprobó que los huevos estaban en buen estado. Ninguno se había roto. Luego se puso en pie como pudo, y aún dolorido por el golpe, anduvo hasta una arboleda cercana buscando algo de refugio. Por allí discurría un riachuelo. Aunque tan apenas llevaba un hilo de agua, le fue suficiente para beber y lavarse la cara. Después se sentó con la espalda apoyada en un abedul. Sin quitarse el zurrón, se lo puso entre las piernas.

En aquel momento comenzó a pensar en lo que le había ocurrido, en que quizá debería cambiar de rumbo. Mientras levantaba la solapa del zurrón se fijó en que desde allí se veían las primeras casas de Butterknowle (ahora recordaba el nombre). Hasta hacía unos minutos ese era su destino, y aunque estaba ya muy cerca, recapacitó si no sería mejor ir a otro sitio. La gente de aquel lugar estaba alterada y era peligrosa. Había quedado claro que su paso por Woodland no le granjearía amistades en la zona. Lo más probable era que las amenazas sobre su persona se propagasen rápidamente. A la vez que su mente no paraba de buscar una salida a la situación en la que se encontraba, McKee buscaba cuidadosamente con su mano derecha en uno de los bolsillos laterales del interior de su zurrón, de donde sacó una aguja. Cuando la tuvo frente a él se quedó un rato pensativo, evaluando qué era lo que debía hacer. «Sí (se dijo para sí mismo), lo mejor es ir hacia el norte.»

Con decisión agarró un huevo del zurrón con la mano izquierda y comenzó a perforarlo con la aguja. Le hizo dos agujeros, uno por arriba y otro por abajo. Era algo que había aprendido de niño: si le haces dos agujeros a un huevo de esa manera puedes sorberlo sin que se rompa ni se desperdicie ni un ápice de su nutritivo contenido. Mientras aspiraba se dio cuenta de que se estaba manchando los dedos de las manos con sangre. Se examinó: no tenía cortes, no había sido con la aguja. La sangre solo podía haber salido del zurrón.

En cuanto miró dentro enseguida se percató de que la paja que había cogido estaba manchada de sangre. Apuró su frugal cena y dio unos pasos hasta el riachuelo. Allí sacó todos los huevos y los lavó cuidadosamente, incluso el que ya estaba vacío (aunque conservaba su aspecto intacto). También se aseguró de ocultar toda la paja que llevaba en el zurrón bajo una losa de pizarra. Luego examinó su bufanda. Estaba algo sucia, pero la sangre no había llegado a ella, así que se la anudó elegantemente alrededor del cuello y se dispuso a comenzar la marcha. Estaba empezando a hacer frío de verdad.

Para asegurarse de que aquellos pueblerinos no le cogiesen, McKee decidió caminar toda la noche. Era mejor hacer ejercicio y mantenerse caliente que pasarla al raso. Podía hacerlo, los huevos que llevaba en el zurrón le darían la energía que necesitaba. La idea de que seguramente en Escocia encontraría personas más amables le animaba. No podían ser peores que los desaprensivos habitantes del condado de Durham.

Estuvo andando bajo la luz de la luna, por entre los campos de cultivo, hasta que comenzó a amanecer. Para entonces estaba muy cansado, y solo le quedaban un par de huevos que no estuviesen vacíos. Había sido una larga caminata. Por suerte se había topado con un cobertizo, de los que utilizan los agricultores para resguardarse del mal tiempo cuando están trabajando lejos del pueblo. El anciano londinense decidió que la mejor opción era quedarse allí hasta el mediodía para descansar. Mientras los primeros rayos del sol despuntaban por el horizonte y sus párpados empezaban a cerrarse, McKee se vio asaltado por el recuerdo de aquella niña que el día anterior jugaba junto al granero rojo, al otro lado de donde se encontraba el gallinero, y de su estridente voz, aquella voz que se le metía en el cerebro; y sí, tenía aspecto de llamarse Evelyn.

jueves, 22 de septiembre de 2016

¿Todas las víctimas del terrorismo son iguales?

Actualmente, hablar de las víctimas del terrorismo de España es un tema delicado que no se suele tratar con la suficiente precisión. Es habitual utilizar este concepto, el de víctimas del terrorismo, de una manera sesgada, ya sea por interés, o falta del mismo. Antes que hablar de víctimas, es necesario reconocer los distintos tipos de terrorismo originados en la historia reciente española, los cuales han traspasado dos regímenes diferentes: la dictadura de Franco y la monarquía parlamentaria actual.

Qué es el terrorismo

De forma general, se entiende por terrorismo el uso de la violencia al margen de las leyes del Estado, por parte de pseudoorganizaciones políticas en la promoción de sus objetivos, donde también se incluye el terrorismo de Estado. Ir más allá en su definición es muy complejo, ya que el término tiene una gran carga subjetiva y no existe un acuerdo unánime sobre su significado.

De hecho, lo que en otro tiempo era calificado como guerra civil, hoy en día se ve habitualmente entremezclado con las implicaciones del terrorismo para definirlo. Tales son los casos de guerra asimétrica y guerra híbrida. De este modo, y de forma casi sistemática, todos los Estados definen a todo aquello que les arrebata el monopolio de la violencia como terrorista, al margen de la legitimidad política y moral que tengan esos Estados.

El bandolero de la Guerra de Independencia, ¿héroe o terrorista?

El terrorismo en la historia reciente

Si bien el terrorismo en España es un fenómeno bastante amplio, al analizar las principales organizaciones terroristas de los dos tipos fundamentales que se han originado en España, estas pueden dividirse en dos épocas.

Principales grupos terroristas de España
Al margen del Estado
Terrorismo de Estado
Durante el franquismo
Durante la democracia actual*
* A partir de 1979, una vez entrada en vigor la Constitución de 1978.

Respecto a las víctimas mortales de ETA, cabe destacar, que su número es mucho mayor durante la democracia actual (689) que durante el franquismo (140).

Quiénes son las víctimas del terrorismo

Por víctima del terrorismo no se entiende solo a los asesinados, sino también a los amenazados, los mutilados y los secuestrados por estas organizaciones. Es decir, aunque resulte paradójico, un terrorista también puede ser a su vez víctima del terrorismo.

Pero en términos legales, solamente pueden acceder al reconocimiento público, la compensación económica, así como cualesquiera otros derechos asociados, aquellos reconocidos en la Ley 29/2011, cuyos artículos 3 y 7 y sus modificaciones (Ley 17/2012 y Real Decreto 671/2013) son aquí de particular interés.

Artículo 3. Destinatarios.

La presente Ley será de aplicación, a quienes sufran la acción terrorista, definida ésta como la llevada a cabo por personas integradas en organizaciones o grupos criminales que tengan por finalidad o por objeto subvertir el orden constitucional o alterar gravemente la paz pública.

Será aplicable igualmente, a las víctimas de los actos dirigidos a alcanzar los fines señalados en el párrafo precedente aun cuando sus responsables no sean personas integradas en dichas organizaciones o grupos criminales.

Artículo 3 bis. Requisitos para el reconocimiento de las ayudas y prestaciones previstas en la Ley.

1. Serán destinatarios de las ayudas y prestaciones reguladas en la presente ley aquellas personas en las que concurra alguno de los dos siguientes supuestos:

a) Cuando en virtud de sentencia firme, se les hubiere reconocido el derecho a ser indemnizados en concepto de responsabilidad civil por los hechos y daños contemplados en esta Ley.

b) Cuando, sin mediar tal sentencia, se hubiesen llevado a cabo las oportunas diligencias judiciales o la incoación de los procesos penales para el enjuiciamiento de los delitos, en cuyo caso la condición de víctima o derechohabiente, la entidad de los daños sufridos, la naturaleza de los actos o hechos causantes y los demás requisitos legalmente exigidos podrán acreditarse ante la Administración General del Estado por cualquier medio de prueba admisible en derecho. En los supuestos contemplados en los apartados 2, 3 y 4 del artículo 2 de este reglamento, se solicitará informe a los titulares de los Ministerios de Asuntos Exteriores y de Cooperación, de Defensa y del Interior, en el ámbito de sus respectivas competencias, a los efectos de acreditar los extremos anteriores.

2. La concesión de las ayudas y prestaciones reconocidas en la presente ley se someterá a los principios que, para ser indemnizadas, se establecen en el Convenio Europeo sobre indemnización a las víctimas de delitos violentos. (Convenio por el que se podrá reducir o suprimir la indemnización si la víctima o el solicitante participa en la delincuencia organizada o pertenece a una organización que se dedica a perpetrar actos violentos.)

Artículo 7. Ámbito de aplicación temporal.

Las disposiciones de la presente Ley serán de aplicación a los hechos que se hubieran cometido desde el 1 de enero de 1960.

Viñeta de Forges

La controversia

Es decir, la concesión del estatus de víctima del terrorismo depende de una decisión judicial. Por ello, se ha dado el caso de que víctimas del GAL y la extrema derecha no han percibido indemnizaciones; pero sí en cambio las han recibido miembros de la dictadura franquista. Y por otra parte, con la aplicación de la ley actual, tienen la misma consideración como víctimas del terrorismo de ETA Luis Carrero Blanco, presidente del gobierno franquista, y Miguel Ángel Blanco Garrido, concejal electo durante la democracia actual. No hay distinciones.

Esta situación no es coherente, y tiene aspecto de estar más guiada por intereses políticos partidistas que por otra cosa. Sería más razonable que, si el Estado actual ampara a las víctimas del terrorismo etarra durante la dictadura franquista, también amparase a las víctimas del terrorismo de Estado durante la dictadura franquista. O, por otra parte, si el Estado actual no ampara a las víctimas del terrorismo de Estado durante la dictadura franquista, tampoco debería amparar a las víctimas del terrorismo etarra durante la dictadura franquista.

¿Por qué se puede suprimir la indemnización por víctima del terrorismo a un miembro de una organización violenta que atenta contra el Estado actual, pero se le otorga a un alto mando de un Estado inmediatamente predecesor al Estado actual que ni siquiera hubiera permitido su existencia?

sábado, 13 de agosto de 2016

Oligarquía y caciquismo: el Regeneracionismo de Joaquín Costa

Revisión de un trabajo académico universitario realizado en el año 2001 para la asignatura Historia Contemporánea de España. Buena parte del texto del que trata parece estar todavía vigente en la actualidad, más de un siglo después de su redacción.

Cita bibliográfica

  • COSTA MARTÍNEZ, Joaquín, Oligarquía y caciquismo como la forma actual de gobierno de España: Urgencia y modo de cambiarla, en la edición de Alfonso Ortí, Vol. I, Ediciones de la Revista de Trabajo, 1975, Barcelona.

Joaquín Costa, retrato de Manuel Compañy, circa 1908

Introducción

Oligarquía y caciquismo data de 1901 y refleja una intervención durante un debate en el Ateneo de Madrid. Su autor, Joaquín Costa, era un intelectual de origen campesino humilde, que no pobre, lo que unido a su profesión liberal y a su condición de republicano le hizo conectar tanto con clases rurales como urbanas. Costa está considerado como uno de los máximos representantes del Regeneracionismo, un movimiento intelectual de crítica política y moral en la coyuntura de la crisis del 98.

El texto analizado tiene como objetivo presentar un remedio al conflicto entre las élites y el pueblo. El escrito se divide en dos partes, una que define el problema y otra que le busca solución. Seguidamente se tratan de forma resumida las ideas del texto, dividas en los dos apartados anteriormente mencionados.

Concepto, elementos componentes, estado social del que surge y que engendra, urgente necesidad de mudarla

En el siglo XIX se acaba con la monarquía, pero el pueblo no es libre, ya que la ley creada no se aplica: Parlamento, Constitución, Administración, Cortes... todo el sistema es ilusorio, y el auténtico soberano se oculta bajo él. Este soberano en la sombra no cayó en el simulacro de revolución de 1868, que derrocó al monarca pero le dejó indemne. Este soberano es el cacique, y el periódico La Gaceta su máscara de encubrimiento, pues anuncia falsos logros («la libertad se había hecho papel, sí, pero no se había hecho carne»). Esas mentiras demuestran la necesidad de un cambio revolucionario. Esta oligarquía de caciques se agrupa en partidos políticos no al modo europeo (entiéndase como moderno), sino al medieval, como banderías en busca de poder sin ni siquiera propaganda, por lo que da igual que sean conservadores o liberales. El resultado es un régimen arbitrario sin ley en el que gobiernan un millar de personas sobre el resto, el cual  no tiene capacidad jurídica para manejar sus propios asuntos, no es sui juris.

Los oligarcas se sitúan a la cabeza del régimen. Son los notables de los partidos que habitan en el centro del país. Ellos son los máximos responsables del corrupto sistema, debido a su mayor educación, su deuda con el pueblo y su riqueza. Han llegado al poder por un «proceso de selección invertida», gracias al exceso de conventos, la conquista de América y la Inquisición. Estos jerarcas se organizan con los caciques, que se reparten por todo el territorio en grados que van desde municipio, el cual controlan y arruinan, a la provincia. Toda esta clase gobernante es parasitaria y externa a la nación, por lo que no es una aristocracia, un gobierno por los mejores, sino por los peores, los antes fichados por la Guardia Civil.

Oligarcas y caciques se comunican gracias al Gobernador Civil, la «rueda maestra» del sistema. Gracias a él, los primeros pueden pactar con los segundos, que dominan los cuerpos electorales. Dependiendo de la sumisión o parcialidad del gobernador, que también puede ser un instrumento caciquil, pueden surgir multitud de conflictos.

El único significado de las Cortes es relacionar a los grupos oligárquicos para discutir, especialmente el turno. Estos oligarcas ni siquiera están controlados por los reyes, que sólo presiden honorariamente y permanecen ociosos ante las injusticias. Con estos factores se crea un «estado social de barbarie», en el que unos gobernantes peores que los señores feudales del medievo (menos opresores, degradantes e intolerables) sumen al pueblo en una miseria rebozada de nada más que bonitas instituciones. Para eliminar esta forma de absolutismo, el pueblo debe ser capaz de concienciarse de que puede hacer una revuelta, aunque no es necesario que la haga. Hasta entonces España no será europea, es decir, políticamente moderna. Ello se debe a que con caciquismo no hay libertad, y sin ella no hay patriotismo. La solución es un neoliberalismo que sustituya al fracasado bipartidismo y que permita el selfgoverment, el gobierno del país por el país.

Remedios orgánicos. Complemento coactivo. Régimen presidencial. Resumen de programa

El paso al selfgoverment no puede hacerse con leyes, sino saneando los sistemas parlamentario y electoral, este último especialmente corrupto, y reformando al gobernante al eliminar la burocracia, la «empleomanía» y el «expedienteo». Para atacar la raíz del problema se deben fomentar la enseñanza y el bienestar material, reconocer la personalidad del municipio, independizar el orden judicial y permitir la intervención del pueblo en los juicios. Todo ello debe realizarse instantáneamente a través de una «política quirúrgica» ejercida por un «cirujano de hierro» que conozca la «anatomía del pueblo español». El Parlamento ampara al cacique y es el causante de las derrotas y la pérdida de las colonias, es un fracaso puesto que se han adoptado sistemas políticos del extranjero sin adaptarlos a la situación nacional propia. Así, el Parlamento no es el remedio, aunque si el fin. Tanto esta institución como las Cortes debieran ser suspendidas durante un tiempo para acabar con el mal gobierno.

Esta oligarquía necesita de estructuras parlamentarias para funcionar y establecer el turno. En este sistema, si un bando pretende realizar reformas nunca va a poder finalizarlas pues el bando contrario se lo impedirá. Por ello, si las Cortes funcionasen al margen del gobierno personal, falsear las votaciones sería mucho menos trascendente, los ministros no dependerían de los poderes y el Parlamento sería un puente del régimen absoluto al régimen liberal europeo.

Esta política de restauración nacional ha se ser revolucionaria, libertadora, de edificación interior (pedagógica, económica, financiera y social), sumarísima (más rápida que eficaz) y adoctrinataria.

Salón de actos del Ateneo de Madrid
Conclusión

Joaquín Costa refleja ideas de muchos políticos de su tiempo y las mezcla con las suyas propias para dar una visión del problema (cuestión de mayor importancia histórica), y una solución al mismo (cuestión de mayor importancia político-ideológica). El texto es fundamental para conocer el discurso del movimiento regeneracionista. Un discurso que debido a su cierta ambigüedad, ha sido utilizado directa o indirectamente hasta la actualidad por todo el espectro político, desde el anarquismo al franquismo.

miércoles, 13 de julio de 2016

¿Cuál es el invento que nunca se debería haber llevado a cabo?

Ejercicio de redacción argumentativa para el curso de Técnico en Corrección y Redacción (CITA, 2012).

Hay muchos inventos que la humanidad nunca debería haber llevado a cabo, especialmente aquellos que pueden acarrear su total y completa aniquilación. El ejemplo más claro es la bomba nuclear. Actualmente, existe tal cantidad de bombas nucleares que prácticamente podríamos autodestruirnos como especie; por supuesto, no sin antes llevarnos por delante a gran parte de los seres vivos de este planeta y dejar al resto en una insufrible agonía. La bomba nuclear es un invento carente de lógica desde una perspectiva de simple supervivencia, ya que en términos globales su mera existencia conlleva más problemas que soluciones. Pero no es el único, seguro que a cualquiera pueden ocurrírsele unos cuantos inventos cuya existencia no merece la pena: agentes químicos y bacteriológicos, combustibles que requieren más energía para procesarlos que la que después producen y cosas por el estilo.

¿Y cómo el ser humano ha podido llegar a este punto? ¿Cómo ha logrado ser tan destructivo en tantos ámbitos? Indudablemente es una de las consecuencias de la sociedad sedentaria, que produce excedentes y organiza un estado. Esto es así porque hay un hecho totalmente innegable: los grandes estados generan líderes poderosos. Y estos últimos tienen la capacidad de dirigir los esfuerzos de los ciudadanos que se encuentran bajo su gobierno, lo cual no dudan en hacer en pos de su interés, que no es otro que el poder en sí mismo. De nuevo aquí hay otro hecho alejado de toda duda: el poder emborracha, nubla el juicio y lleva al ser humano a cometer los actos más insospechados. No vale la pena profundizar en este aspecto, ya que la lectura de cualquier libro de Historia o periódico puede corroborarlo perfectamente.

Obama y Putin, gobernantes de los dos estados más poderosos que han existido (2013)

Así que, ¿cuál es el invento que nunca se debería haber llevado a cabo? Claramente se trata de la neolitización. Es decir, la producción de alimentos; la agricultura y la ganadería en definitiva. Sí, a priori parece algo muy bueno eso de tener asegurado el sustento y poder dedicarse a otras cosas, a cosas placenteras, a cualquier cosa... Y es ahí donde está el problema: el tener la libertad de plantearse un objetivo y lograrlo, sea el que sea, ya que se poseen el tiempo y los medios necesarios. Una vez se desprende del lastre que supone la incertidumbre de no saber si mañana tendrá comida para llevarse a la boca, el ser humano es capaz alcanzar sus límites y superarlos una y otra vez a un ritmo cada vez más acelerado, aumentando la capacidad que tiene de modificar su entorno de forma exponencial. Solo hay que ver el desarrollo de la tecnología en los últimos diez años, así como sus consecuencias en el medio ambiente: contaminación, deforestación, desertificación...

Si esto lo unimos al hecho de que todas las sociedades neolíticas, es decir productoras de alimentos, acabaron generando estados, y que los líderes de estos estados, cada vez con mayor poder, han dirigido a la propia sociedad según sus megalómanos designios, ya tenemos listo el cóctel explosivo que cualquier día nos puede estallar en los morros, literalmente. La sociedad en la que vivimos maneja más poder del que puede controlar y corre el serio riesgo de morir de éxito, y de nuevo la expresión es literal, no figurada.

Recreación del primer agricultor

Nosotros, el ser humano moderno (Homo Sapiens Sapiens), aparecimos biológicamente como especie hace unos 340.000 años, según investigaciones recientes. Hasta hace 8.500 años no comenzamos a producir alimentos, así que pasamos el resto del tiempo siendo depredadores nómadas. Con capacidad de fabricar objetos, vestirnos y crear arte, sí, pero depredadores al fin y al cabo. Y si aguantamos tanto tiempo es lógico pensar que no nos iba tan mal. Viendo a los pueblos primitivos actuales, quienes todavía llevan ese medio de vida, no se puede decir que su sociedad sea peor que la nuestra. Es decir, no podemos afirmar que ellos sean menos felices que nosotros. Y su capacidad de matar o hacer sufrir a millones de personas es más que reducida, algo que no podemos decir de nuestra sociedad, por no hablar de las probabilidades que tienen una sociedad y otra de acabar con la especie.

En conclusión: sin neolitización no hay excedentes que generen una sociedad sedentaria estatalizada con una capacidad tecnológica desbordante al servicio de sus obnubilados líderes, la cual acabe fabricando la herramienta que le traerá su propia destrucción. Hace 8.500 años la neolitización abrió la caja de Pandora, y ya no hay quien la cierre.

lunes, 20 de junio de 2016

Reconquista: un término histórico mal utilizado


Según el Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española:

Reconquista
  1. f. Acción y efecto de reconquistar.
  2. f. por antonom. Recuperación del territorio hispano invadido por los musulmanes en 711 d. C., que termina con la toma de Granada en 1492.
Existe un problema cuanto se utiliza el término Reconquista en su acepción histórica, ya que no suele repararse en su origen, ni en si se corresponde o no con los hechos históricos a los que se refiere. Al utilizarlo, se define toda la historia de la Península Ibérica a lo largo de más de 750 años de un modo reduccionista, y se enmascara la realidad.

Resulta difícil creer, y más aún demostrar, que a lo largo de todo ese tiempo, los reinos cristianos de la Península Ibérica posteriores al Reino visigodo, mantuviesen y transmitiesen a sus descendientes ese objetivo de Reconquista de forma constante y deliberada. Una Reconquista, cabe mencionar, frente a una invasión musulmana cuya concepción más tradicional está siendo profundamente matizada desde hace más de una década. Una Reconquista, que como legitimación de expansión militar de los reinos cristianos hacia el sur, únicamente habría podido ostentar un linaje, no todos como se sugiere.

Batalla del Puig, Andrés Marzal de Sax, circa 1415

Qué periodo histórico se conoce como Reconquista

La realidad histórica a la que se hace referencia con Reconquista es mucho más compleja de lo que el término pretende. Realmente se trata, exceptuando al Reino visigodo, de toda la Edad Media de la Península Ibérica. Un periodo de guerra, lleno de conflictos y batallas que van más allá del enfrentamiento entre cristianos y musulmanes, que si bien lo hubo, no fue el único.

En contra de lo que se suele pensar, en muchos casos los reinos cristianos, al igual que los musulmanes, luchaban entre sí. Un buen ejemplo de ello fue la batalla de Almenar del año 1082, donde las tropas del rey la Taifa de Zaragoza, comandadas por el Cid Campeador, lucharon contra las tropas del rey de la Taifa de Lérida, apoyado este por el rey de Aragón, el conde de Barcelona y el conde de Cerdaña y Berga. Además, también fue habitual que los reinos dirigieran sus esfuerzos hacia otros objetivos fuera de la Península Ibérica, como es el caso de la expansión de la Corona de Aragón por el Mediterráneo.

Así, parece claro que entre los reinos cristianos no existió a lo largo de más de siete siglos un objetivo principal y común por expulsar a los musulmanes de la Península Ibérica. Los gobernantes cristianos al igual que los musulmanes, estaban interesados en aumentar su poder, a costa de quien fuese.

El origen del concepto ideológico y el papel de la religión

Del mismo modo que no se puede decir que el enfrentamiento entre cristianos y musulmanes fue el único conflicto medieval ibérico, tampoco se puede decir que no existió. Si bien, la amplia duración del mismo parece debida, más que a un interés de Reconquista, al hecho de que cada uno de los bloques tenía detrás otras fuerzas políticas y religiosas interesadas en fomentar el conflicto y expandir así su poder, por lo que enviaban recursos tanto materiales como ideológicos. Sirvan como ejemplo de ello la expansión almohade y la proliferación de las órdenes militares.

La Iglesia católica hizo a los reinos peninsulares herederos religiosos de los reyes visigodos, y como tales, opositores de los musulmanes. Mediante el cristianismo, los reyes obtenían la necesaria legitimidad para conquistar territorios musulmanes y la atracción de combatientes de toda Europa, como ocurrió en la cruzada de Barbastro del año 1064. Así, la conquista se justificaba con el restablecimiento de la religión cristiana, que se había comenzado a expandir por la península desde mediados del siglo III. A cambio, la Iglesia conseguía promoción y exclusividad en los territorios conquistados. De este modo, fue como se inició en la Península Ibérica la fuerte presencia de la Iglesia católica. Así, en todo caso, la única recuperación que mínimamente puede argumentarse como reconquista fue la ideológica y de influencia que la Santa Sede había iniciado al final del Imperio Romano, y había perdido tras la caída del Reino Visigodo.

Respecto a las familias gobernantes musulmanas, cabe mencionar que su origen era diverso: árabes (de la Península Arábiga), bereberes (del Magreb) y muladíes (la aristocracia ibérica convertida al Islam, como fue el caso de los Banu Quasi). De este modo queda patente que, la actual percepción racial de moros contra cristianos del imaginario colectivo, no se corresponde totalmente con la realidad medieval de la Península Ibérica.

El final de la Reconquista

Historiográficamente, la Reconquista se da por terminada en 1492 con la toma de Granada por los Reyes Católicos. Ello supuso el dominio de la mayor parte de la Península Ibérica, a excepción del reino de Portugal, bajo una misma unión dinástica, la cual dio origen a la Monarquía Hispánica. Debe considerarse que, durante la Edad Media, las derivaciones del topónimo latino Hispania (Yspania, Spania, Espanna o España) eran sinónimo de Península Ibérica.

Quizá sorprenda conocer que en 1492 únicamente se produjo la expulsión de los judíos. Las pragmáticas de conversión forzosa de los musulmanes no comenzarían hasta una década más tarde, también bajo el reinado de los Reyes Católicos. Pero la expulsión de los moriscos no ocurriría hasta principios del siglo XVII. Es decir, los Reyes Católicos no echaron a los moros tras conquistar Granada. Nótese que, al igual que en el caso de Valencia o cualquier otro de la geografía ibérica, siempre se ha tratado como «conquista» de Granada, nunca como «reconquista» de Granada.

La rendición de Granada, Francisco Pradilla Ortiz, 1882

El origen del término Reconquista

En las crónicas medievales, nunca se habla de reconquistar. Los términos que aparecen son conquistar ganar, cuando se trata de una victoria militar, y restauratio, cuando tras la victoria militar, o la par que esta, se impone la religión cristiana.

Según investigaciones recientes, la primera aparición del término Reconquista en un título de un texto relacionado con la Edad Media de la Península Ibérica es en una obra publicada en 1838: Embajada de Moros y Cristianos sobre la Reconquista de España que en obsequio de su patrón San Jorge celebra la villa de Alcoy el día 23 de abril de cada año. Esta obra ve la luz bajo la Regencia de María Cristina de Borbón, durante la Primera Guerra Carlista y en plena construcción nacional tras la Revolución Liberal que puso fin al Antiguo Régimen. En ese momento era necesario crear un mito fundacional, y este no fue otro que la Reconquista: una identidad surgida de la lucha contra el enemigo.

Posteriormente, este mito fue recuperado y potenciado por la dictadura de Franco y su aliada la Iglesia Católica. Una Iglesia cuyo verdadero poder en la Península Ibérica comenzó a implantarse durante la Edad Media y que, a pesar de los cambios promovidos desde la Ilustración, tuvo su culmen durante la misma dictadura franquista. Es decir, la percepción que hoy en día pervive en el imaginario colectivo sobre de la Edad Media en la Península Ibérica, todavía es la creada por la historiografía del nacionalcatolicismo a través de la Reconquista.

Validez del término

Si se comprende el verdadero significado del término, es más que correcta su utilización. Si bien, hablar de la Edad Media de la Península Ibérica suele ser mucho más apropiado que hablar de Reconquista, ya que es a lo que pretendidamente se suele referir. Aunque debido a la amplia utilización del término, tanto en el ámbito historiográfico como fuera del mismo, su correcto uso no parece factible a corto plazo.

domingo, 29 de mayo de 2016

Español fonético o Nueba ortografía fonética del español

Lo que aquí se presenta es una ortografía del español donde cada fonema se corresponde con un grafema, y cada grafema con un fonema. Es decir, una ortografía donde existe una correspondencia única entre las articulaciones mínimas de los sonidos del lenguaje y las letras que los representan. Se pretende utilizar la ortografía de un modo racional y que no presente usos irregulares, así como adaptarla al teclado QWERTY con disposición española, a la vez que mantener el aspecto del español escrito todo lo posible dentro del objetivo impuesto. Una propuesta radical en la que el español se escribe como se pronuncia y se lee como se escribe.

El alfabeto

El alfabeto del Español fonético consta de 23 letras: 5 vocales (A, E, I, O, U) y 18 consonantes (el resto). No existen letras con doble valor de consonante y vocal. La asociación entre las letras, sus nombres y los fonemas es la siguiente.


Letra mayúscula
Letra minúscula
Fonema
Nombre (español tradicional)
Nombre (español fonético)
A
a
/a/
a
a
B
b
/B/
be
be
C
c
/k/
ce
ce /ke/
D
d
/D/
de
de
E
e
/e/
e
e
F
f
/f/
efe
efe
G
g
/G/
ge /xe/
ge /Ge/
I
i
/i/
i
i
J
j
/x/
jota
jota
L
l
/l/
ele
ele
M
m
/m/
eme
eme
N
n
/m/
ene
ene
Ñ
ñ
/ñ/
eñe
eñe
O
o
/o/
o
o
P
p
/p/
pe
pe
Q
q
/ɾ/
cu
ere
R
r
/r/
erre
erre
S
s
/s/
ese
ese
T
t
/t/
te
te
U
u
/u/
u
u
X
x
/č/
equis
echis
Y
y
/y/
y griega, ye
ye
Z
z
/θ/
zeta
zeta


Cambios del español tradicional respecto al español fonético

  • C: sustituida por Z para CE /θe/ y CI /θi/, adquiere el valor fonético de todos los fonemas /k/.
  • H: desaparece, sustituida por X para los fonemas del dígrafo CH /č/.
  • G: deja de utilizarse para los fonemas propios de J /x/ y adquiere el valor de todos los fonemas /G/, por lo que desaparece el dígrafo GU para GUE /Ge/ y GUI /Gi/ al representarse sus fonemas como GE y GI.
  • I: adquiere el valor de todos los fonemas /i/, anteriormente compartidos con la Y.
  • J: adquiere el valor de todos los fonemas /x/, anteriormente compartidos con G.
  • K: desaparece, todos los fonemas /k/ pasan a C.
  • L: desaparece el dígrafo LL, sustituido por la por la Y para todos los fonemas /y/.
  • Q: sustituida por C para todos los fonemas /k/, por lo que desaparece el dígrafo QU; adquiere el valor de todos los fonemas /ɾ/ (R suave), por lo que Q deja de utilizarse como letra inicial ya que en español no existen palabras que comiencen con este fonema.
  • R: sustituida por Q para todos los fonemas /r/ (R fuerte), deja de utilizarse para los fonemas /ɾ/ (R suave), desaparece el dígrafo RR.
  • V: desaparece, sustituida por B para todos los fonemas /B/.
  • W: desaparece, sustituida por B para todos los fonemas /B/, por U para todos los fonemas /u/ y por GU para todo los fonemas /Gu/.
  • X: sustituida por la unión de C y S para el fonema /ks/, adquiere el valor fonético /č/ de la antigua CH.
  • Y: adquiere el valor de todos los fonemas /y/, anteriormente compartidos con LL.
  • Z: adquiere el valor de todos los fonemas /θ/, anteriormente compartidos con C para los fonemas /θe/ y /θi/.
  • ¨ (Diéresis): desaparece, sustituida por G para todos los fonemas /G/, por lo que desaparece el dígrafo GÜ para GÜE y GÜI.
  • Desaparición de todas las consonantes iniciales en las palabras que comienzan por: cn-, gn-, cs- mn-, pn-, ps-, pt-, ts; ya que, «en español, solo es natural la articulación de dos consonantes seguidas en posición inicial de palabra (o de sílaba) cuando la segunda es /r/ o /l/ y la primera /b/, /p/, /g/, /k/, /d/, /t/ o /f/» (RAE y ASALE, Ortografía de la lengua española, Espasa, 2010, Madrid).

Los grafemas no siempre han tenido el valor fonético actual
Ejemplo

De este modo, al aplicar el español fonético a un texto de español tradicional, el resultado es el siguiente.

Español tradicional
En Huelva, un extraño psicólogo de Gijón tocaba la guitarra chapuceramente y un anarquista de Taiwán compraba un kilo de cerezas con güisqui en la calle.

Español fonético
En Uelba, un ecstraño sicólogo de Jijón tocaba la gitara xapuzeqamente i un anarcista de Taiguán compraba un cilo de zeqezas con guisci en la caye.

Macro para Word 2013

A través de este enlace es posible descargar una macro para Word 2013, la cual, al ejecutarla sobre un texto redactado en español tradicional, lo adapta al español fonético salvando algunas excepciones. Junto al archivo que contiene la macro, hay unas instrucciones sobre cómo ejecutarla, así como las excepciones que no contempla.