lunes, 13 de febrero de 2017

Es que hay crisis

Esta es una frase que se escucha mucho en la actualidad. Es que hay crisis es lo que se dice el parado que quiere un trabajo y no lo encuentra. Es que hay crisis es lo que le dice el jefe al asalariado cuando le despide porque las ventas no le permiten darle trabajo. Es que hay crisis es lo que le dice el encargado al peón cuando este le pregunta porqué tiene que trabajar tanto y cobrar tan poco.

El problema no es que se utilice como excusa cierta o no, sino que socialmente la crisis económica está aceptada como algo que simplemente ocurre, como el clima. Es que hay crisis conlleva el mismo grado de aceptación que es que está lloviendo. Hasta el punto de que a ambas frases se responde: pues la dejaremos caer, aunque sean fenómenos que no tienen nada que ver. Sí que parece demostrado que nuestras acciones influyen en el clima, pero todavía lo hacen más directamente en la economía. La crisis y sus consecuencias no son un fenómeno natural, sino que dependen de la economía capitalista.

En la lluvia de la crisis, hay alguien que maneja grifo

No cabe duda de que cualquier organización socioeconómica es una creación enteramente humana, por lo que la crisis económica, como derivada del capitalismo, solo depende de la voluntad humana para que termine o perdure. Así, por mucho liberalismo que se arguya, las crisis se dan porque hay quien se enriquece con ellas, y duran lo que quienes se benefician puedan alargar.

En la economía capitalista hay un concepto muy simple: para que haya ricos tiene que haber pobres. Y durante las crisis es cuando se crean y aumentan tanto las grandes riquezas como las masas de población empobrecida, cuando aumentan las brechas socioeconómicas. Y actualmente este hecho es innegable. La crisis no es igual para todos. A la mayoría le va muy mal, mientras que a unos pocos les va muy bien.

Es que hay crisis, sí, pero porque a alguien poderoso le interesa. Para ilustrar la situación adaptaré al caso el enunciado popular de la ley conservación de la materia: El dinero ni se crea ni se destruye, solo cambia de mano.